Para Coke, los límites de su mundo los marcan su barrio y sus dos amigos. Puede que no esté de acuerdo con todo lo que dicen, pero haría casi cualquier cosa por ellos. Esta es la sinopsis de ‘Tribu’, cortometraje dirigido, producido y escrito por Carlos Gómez-Trigo y uno de los 30 cortometrajes preseleccionados en la shortlist de los Goya 2025, en la categoría de ficción.
El corto está protagonizado por Christian Checa, Felipe Pirazán y Rafa Álamos. Se estrenó en noviembre de 2023 y ha participado en más de 50 festivales, donde ha ganado 15 premios. Entre esos festivales se incluyen diez selecciones oficiales en calificadores de los Goya, resultando ganador del premio a mejor cortometraje en dos de ellos, Ibicine y la Mostra de Curtas Vila de Noia.
‘Tribu’ es una historia con una marcada temática social, que aborda la presión de grupo en el individuo y la violencia de género en ambientes juveniles. Ha contado con el apoyo de la Diputación de Guadalajara, la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, el Instituto de la Mujer y la concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de Guadalajara.
Rodado en noviembre de 2022 en diferentes localizaciones como Vicálvaro o Carabanchel, el cortometraje cuenta como cabezas de equipo a Marino Pardo en la dirección de fotografía, Vera Ojeda en la dirección de arte, Noelia Lebrato en vestuario, Jimena Valero en el montaje, Jose Luis Morales en el sonido directo y Roberto HG en diseño de sonido. Como coproductores tiene a Israel Calzado y Claqueta Blanca.
Carlos Gómez-Trigo
El máximo responsable de ‘Tribu’ cuenta las intenciones del corto: El origen de ‘Tribu’ viene de la necesidad de contar algo que todo el mundo ha sufrido en mayor o menor medida: la pérdida de la individualidad frente al grupo.
Esa presión social es un tema que como guionista me hizo dudar del enfoque adecuado. Decidí hacerlo a través de comportamientos que he vivido de cerca en la adolescencia y primeros años de la madurez: la necesidad de pertenecer a un grupo de amigos y el miedo a llevar una voz contraria a la hegemónica.
En un ambiente juvenil la presión social se incrementa, con una personalidad sin formar y una continua búsqueda de pertenencia al clan. Y por clan nos referimos a cualquier colectivo, desde la familia hasta la escuela. Pero el grupo más influyente es el de los amigos, donde una simple sensación de sentirse rechazado te vuelve vulnerable y moldeable.
En ‘Tribu’ las consecuencias de esa presión grupal las sufre, como casi siempre pasa, la mujer. Además, en una escalada constante: micromachismos, acosos y agresiones sexuales. El agravante es la situación de normalidad que se da a muchas de estas situaciones, como si la frecuencia hiciera socialmente aceptable muchos de los comportamientos que tienen los protagonistas. La violencia de género como una actitud socializada.
Mis guiones están cruzados por un tema común: el lado oscuro que tenemos todas las personas. El protagonista del corto es un personaje en apariencia sin maldad. Por eso, Tribu también viene de un miedo interno: saber si uno puede dominar el monstruo que todos llevamos dentro. ‘Tribu’ es una historia realista, cotidiana. Un relato que puede suceder en cualquier momento y en cualquier lugar.