‘Un año, una noche’, la nueva película de Isaki Lacuesta después de ‘Entre dos aguas’ (2018), se podrá ver por primera vez en el Festival de Cine de Berlín.
La coproducción hispano-francesa sobre los atentados de París de 2015 compite en la sección oficial del certamen alemán, y además, no lo hace sola por parte de España, ya que ‘Alcarràs’, la segunda película de Carla Simón, también ha sido seleccionada.
Ramón Campos, el productor de tantas series españolas (‘Gran Hotel’, ‘Velvet’, ‘Las chicas del cable’, ’45 revoluciones’, ‘Jaguar’), sigue realizando incursiones en el mundo del cine con ‘Un año, una noche’, basada en ‘Paz, amor y Death metal’, libro que Ramón González, superviviente del atentado terrorista de la sala de conciertos Bataclan, escribió en 2018. La adaptación audiovisual es una ambiciosa película de seis millones de euros, coproducida por Mr. Fields and Friends, Bambú Producciones, La Termita Films y Noodles Production (Francia), con la participación de TVE, Movistar+, TVC, con el apoyo del ICAA, ICEC y el fondo Eurimages. La película está producida por Ramón Campos para Mr. Fields and Friends y Jérôme Vidal para Noodles Production. El guion corre a cargo de Fran Araújo, Isa Campo e Isaki Lacuesta.
Campos comenta con Audiovisual451 cómo se forjó ‘Un año, una noche’ y qué esperar de una película basada en una historia real tan dolorosa que a él mismo le tocó de cerca.
Audiovisual451: ¿Cuál es el origen de ‘Un año, una noche’?
Ramón Campos: “El día de los atentados de París yo estaba allí con mi familia, habíamos ido para asistir a la feria París Photo. Estábamos cenando en un restaurante cuando empezó todo, nos dijeron que tenían que cerrar y que teníamos que irnos al hotel. Al día siguiente de los atentados, salí a pasear yo solo por París, me acerqué a la sala Bataclan. Yo nunca había vivido un atentado así de cerca y me quedé impresionado con el silencio que había en la ciudad de París, con las miradas que cruzaba con la gente por la calle… fue una experiencia que me dejó muy marcado y desde entonces empecé a interesarme por todos los libros y los cómics relacionados con aquella noche en París y con la sala Bataclan.
Un día di con el libro de Ramón González, ‘Paz, amor y Death metal’, y me pareció que tenía un enfoque distinto a los demás porque plantea que las víctimas de un atentado no son solamente las que han resultado heridas, sino que una víctima de un atentado es toda aquella que lo ha vivido de alguna forma y que ha sido afectado emocionalmente. En seguida pensé que el enfoque del libro de Ramón González era el idóneo para una película.”
A451: Así que, adquiriste los derechos del libro y se lo presentaste a Isaki Lacuesta…
R.C.: “Sí, adquirí los derechos del libro, inmediatamente pensé en Isaki Lacuesta por su sensibilidad como director. Al principio Isaki no terminaba de entender mi punto de vista, pero lo captó en cuanto leyó el libro. Así que, pusimos en marcha el equipo de guión junto con Isa Campo y Fran Araújo y los cuatro empezamos a darle forma a la película.”
A451: ¿La película es muy fiel al libro?
R.C.: “Nos hemos tomado algunas licencias, pero en líneas generales somos muy fieles al libro, por ejemplo, en la parte de los atentados, sabemos que se nos va a mirar con lupa y que teníamos que contar muy bien cómo fueron los hechos. Sí hemos modificado la nacionalidad de la protagonista femenina, en la película ella es francesa y él es español.”
A451: ¿Cómo llegas a París y cuentas a tus socios franceses que un español va a contar una historia que toca tan de cerca a Francia?
R.C.: “Tenemos la suerte de que Bambú Producciones pertenece al grupo StudioCanal y eso nos facilitó armar la coproducción francesa con Noodles Productions, compañía que también forma parte del grupo. Estamos hablando de que ‘Un año, una noche’ no es una película pequeña, el presupuesto es de 6 millones de euros.
Cuando llegué a París para contar al equipo de StudioCanal la idea de ‘Un año, una noche’, yo llevaba el discurso muy aprendido precisamente por eso, porque soy un español intentando contar una historia que ha sucedido en París y que ha afectado principalmente a los franceses, soy plenamente consciente de que los atentados marcaron la ciudad y a sus ciudadanos para siempre, hubo muchos parisinos que se fueron a vivir fuera de la ciudad después de esto. Lo planteamos como una película con una visión distinta y más amplia, en el sentido de que no es una película hecha solo desde el dolor. Hablamos del dolor de una forma muy vital, ‘Un año, una noche’ se puede considerar una película vitalista, igual que hicimos con la serie ‘45 revoluciones’. Además, les mostré algunas películas anteriores de Isaki Lacuesta y creo que enseguida comprendieron lo que queríamos hacer.”
A451: Desde luego, en España el puzle de financiación cuenta con todos los socios posibles, además tiene el sello Eurimages, tan difícil de conseguir…
R.C.: “Sí, la entrada de socios españoles fue muy escalonada, empezando por Televisió de Catalunya y siguiendo por Televisión Española en la época de Fernando López Puig, él es fan de Isaki Lacuesta. La verdad es que vino todo muy rodado y no hemos tenido dificultades para financiarla, sin duda, el respaldo de StudioCanal es importante.”
A451: El rodaje comenzó en Barcelona en febrero de 2021 y luego se trasladó a París, en total fueron unas siete semanas. ¿Lo teníais previsto para esas fechas o la pandemia os hizo retrasar?
R.C.: “Estaba así previsto. Rodamos durante la pandemia, fue raro porque había pocos restaurantes donde comer y cenar, recuerdo aquellas jornadas de localización, comíamos a base de bocadillos, muchas veces en un parque. Pero bueno, lo mejor de todo es que tan solo tuvimos que parar el rodaje una semana por un par de positivos.”
A451: ¿Qué dirías que ha sido lo más difícil de esta producción?
R.C.: “No sé si la palabra es difícil… Diría que en lo que más detuvimos fue en cerrar el casting, teníamos muy claro que queríamos a Nahuel Pérez y Noémi Merlant, dos actores potentes con agendas ocupadas, recuerdo que casi in extremis conseguimos cerrarlo todo para poder tenerlos a los dos. Estamos muy orgullosos del resultado, Isaki dice que son el equivalente a dos Ferrari, porque en cuanto dices “¡acción!”, echan a correr y les pierdes de vista.
‘Un año, una noche’ es una película de personajes, así que era imprescindible tener a dos actores potentísimos para cubrir nuestra ambición.”
A451: ‘Un año, una noche’ participa en la Sección Oficial a Competición de la Berlinale en este 2022, junto a otra película española, ‘Alcarràs’, de Carla Simón. ¿Qué supone estar en este festival?
R.C.: “Para mi va a ser una de las primeras experiencias en un festival de cine. Estar seleccionados es un subidón, además, ya que lo mencionas, tengo muchas ganas de ver ‘Alcarràs’. Creo que la Berlinale es la gran opción para ‘Un año, una noche’, quisiéramos tener presencia en, al menos, un festival de cada continente.”
A451: ¿A quién crees que le va a gustar la película? ¿Es muy dura de ver?
R.C.: “Yo defino ‘Un año, una noche’ como un viaje emocional, no diría que es una película especialmente dura de ver. Estamos ante la historia de dos personas que entran a la misma velocidad en Bataclan y que salen a velocidades distintas. Uno sale diciendo “si he estado apunto de morir, tengo que vivir la vida a tope”, y la otra sale diciendo “si yo cambio mi vida a raíz de este atentado habrán ganado los terroristas, porque lo que quieren los terroristas es precisamente eso, cambiar nuestras vidas”. Los dos razonamientos son igual de válidos. Estos dos personajes pasarán un año intentando volver a las horas previas al atentado, intentando volver a la velocidad que tenían antes del atentado, y eso es muy difícil porque sus vidas cambiaron para siempre.
Dicho esto, espero que le guste a todos los públicos, sobre todo a partir de los 18-19 años, es una película asequible, cero agresiva para el espectador.”
Próximos proyectos
A451: ¿En qué otros proyectos estás trabajando en estas primeras semanas de 2022?
R.C.: “Estoy con la postproducción de ‘Now and Then’, la serie de Apple TV+ con Maribel Verdú. Por su parte, Teresa Fernández-Valdés está con la postproducción de ‘Un asunto privado’, la serie de Prime Video. Tenemos pendiente de estreno el documental ‘800 metros’ en Netflix. Seguimos trabajando en el desarrollo de la serie de Nacho Vidal para StarzPlay. Estamos levantando la próxima película de Isaki Lacuesta, otras dos películas más, una de Isa Campo, y vamos a rodar ‘Trece exorcismos’, dirigida por Jacobo Martínez. Y, bueno, ya sabes, otros desarrollos abiertos.”
A451: Desde luego, Bambú Producciones no deja de trabajar a todo gas, no sucede lo mismo en otras productoras españolas… ¿qué lectura haces del momento que estamos viviendo en España?
R.C.: “Estamos viviendo el mejor momento del audiovisual en la historia. Todavía quedan plataformas de streaming por desembarcar del todo en España, nacen nuevas productoras, hay productores de cine que están haciendo televisión y viceversa, los presupuestos han crecido muchísimo y podemos hacer series más ambiciosas también en cuanto a temática… El cambio que estamos viviendo ha sido a muchísimo mejor, es cierto que ser pequeño y que adaptarse no es fácil.
Pienso que nos estamos equivocando en España porque hemos dejado de mirar al público, como hacíamos cuando solo trabajábamos para la televisión en abierto. Ahora estamos haciendo las series que nosotros queremos, sin pensar en el público, y es un enorme error que puede llevarnos a matar nosotros mismos la gallina de los huevos de oro.
Productoras como Bambú o Globomedia, que siempre hemos tenido muy claro cuál es el ADN de una serie de éxito, hemos pasado a querer hacer las series que trascienden, las series “HBO”, y esas no siempre llegan al público, así que puede darse la situación de que las plataformas pierdan público y nos den la espalda. Piénsalo, ¿qué se está llevando ahora la audiencia? La ficción turca. Los turcos han cogido nuestro relevo. No podemos olvidar que debemos hacer series para el gran público.”
A451: Bueno, la culpa de esto también debería recaer en los ejecutivos que están tomando las decisiones sobre qué encargan y qué no, ¿no te parece?
R.C.: “Más que de culpa, hablaría de responsabilidad. Es una responsabilidad colectiva, de creadores, productores, ejecutivos. Creo que deberíamos pegar un frenazo, de hecho, yo pasé deliberadamente dos semanas fuera de España al principio de la temporada, después de que se estrenara ‘Jaguar’ en Netflix, para analizar lo que estaba pasando en España desde fuera. Pensé en las últimas series estrenadas y en las que se están preparando y enseguida me di cuenta de que los grandes éxitos son antiguos, son cosa del pasado. Pienso en ‘Isabel’, ‘Gran Hotel’, ‘Vis a vis’… no tenemos ese tipo de series ya y deberíamos si queremos seguir manteniendo el volumen de producción y el nivel de inversión de las plataformas. Sí es verdad que antes, cuando hacías una serie para Antena 3, sabías cuál era el público del canal. Ahora haces una serie para una plataforma y tienes que encontrar el público para esa serie dentro de una plataforma que tiene múltiples públicos… Esto es una gran diferencia y creo que la solución es producir series para el público que nos ha traído hasta aquí, el que veía las series en abierto, si te fijas en lo más visto de Netflix a nivel mundial, verás que siempre hay cuatro o cinco series de televisión en abierto en el Top 10… Significativo, ¿no crees? Esto no quita para que, de vez en cuando, tengamos una ‘Antidisturbios’. ¡En absoluto! Es más, tenemos que hacer series cercanas al público para que podamos hacer una ‘Antidisturbios’ cada cierto tiempo.
Estoy comentando este pensamiento con otros colegas del sector porque creo que es necesario que reflexionemos y espero que, cuando queramos reaccionar, estemos a tiempo.”
Sinopsis de ‘Un año, una noche’
Ramón y Céline, una joven pareja, asiste al concierto de Bataclan la noche del 13 de noviembre de 2015.
Durante el asalto terrorista Céline y Ramón logran llegar por separado al camerino de los músicos y se refugian allí durante horas hasta su liberación. Consiguen salvarse, pero al salir ya no son los mismos. Y no saben si podrán volver a serlo.
Esa noche que cada uno vivió de manera diferente deja una profunda huella en sus vidas y les carga con una identidad inesperada de víctimas que cada cual sobrelleva como puede. Céline con una huida hacia delante, rechazándola, aferrándose a su vida previa y Ramón con un volver repetidamente a ese instante, para atraparlo y soportarlo y enfrentarse a una pregunta clave: ¿cómo quiere vivir en adelante?
En el año posterior al atentado, la pareja intenta resincronizarse, volver a estar conectados como antes de aquello que nunca deberían haber vivido.
