Tras mirar a la muerte cara a cara, encarnada en esta ocasión por un ejemplar de mamba negra, la serpiente más letal del continente africano, y vivir para contarlo, Frank Cuesta se enfrenta en DMAX al reto más difícil de la historia de ‘Wild Frank’ y una de las experiencias más impactantes de la vida del herpetólogo. Este domingo 5 de noviembre, a las 21.30 horas, el canal estrena ‘Wild Frank: cazadores’, un episodio especial de una hora de duración producido por Molinos de Papel en colaboración con DMAX, en el que Frank se propone cumplir una “misión personal” que removerá conciencias, empezando por la suya propia.
La experiencia que Frank vive en este especial no es comparable con nada que el herpetólogo haya vivido antes. Después de completar su misión en busca de la mamba negra en Sudáfrica, Frank recibirá una sorprendente invitación: asistir como observador a una cacería organizada en plena sabana africana.
Las cacerías legales, organizadas por cazadores profesionales locales para clientes que buscan vivir la experiencia de matar especies salvajes autóctonas y llevarse el trofeo a su casa, es una práctica por la que muchos pagan miles de dólares. Este negocio se ha convertido en una forma de vida para algunos de los habitantes de las regiones en las que se celebran este tipo de safaris, que viven del dinero que deja el turismo de cacería. Frank quiere conocer de primera mano qué diferencia hay entre la caza de supervivencia que lleva practicando el hombre miles de años para poder subsistir y la caza de hoy en día, concebida como actividad de recreo o hobby por muchas personas en el mundo. Por eso, el herpetólogo decide aceptar la invitación y acompañar a dos cazadores en una jornada de caza en la sabana sudafricana como observador.
En ‘Wild Frank: Cazadores’ conoceremos de boca de sus propios protagonistas cómo funciona el negocio de las cacerías organizadas en África. ¿Quién lo controla? ¿Cómo se puede proteger a los animales? ¿Cómo responde Frank a los argumentos de sus anfitriones en defensa de la caza? Para Frank, esta experiencia supone una “misión personal” que va en contra de sus principios, pero a la que accede asistir para tratar de ver qué hay detrás de uno de los negocios más polémicos del mundo. Una difícil experiencia que impactará profundamente al presentador: “Me planteo por qué me he metido en esto, pero la mejor manera de tomar una posición en tu vida es conocer las dos partes. Es necesario”, asegura Frank antes de conocer qué especie es el objeto de deseo de sus anfitriones.
Uno de los animales más preciados y caros del amplio catálogo de especies salvajes que ofrece Sudáfrica es la jirafa. Y este es precisamente el objetivo de Stephen Palos, un cazador local que contrata los servicios de Chris Wilken, cazador profesional y organizador de cacerías, para realizar su safari más especial. Ambos invitan a Frank, un conocido defensor de los animales, a acompañarles para que este vea esta práctica desde su punto de vista y comprenda por qué ellos conciben la caza como una pasión, un instinto primario del ser humano y una forma de conectar con la naturaleza.
“Quiero invitar a Frank a esta cacería solo para que la gente vea por sí misma que hay una percepción errónea sobre la caza” asegura Chris. “Sé que a Frank no le gusta nada la caza. Así que estoy muy impresionado de que haya aceptado a venir a verlo por sí mismo”, añade Stephen. Ambos están convencidos de que, tras esta experiencia, Frank verá la caza con otra perspectiva. ¿Lograrán que Frank, un gran defensor de los animales, entienda sus motivos para cazar animales? ¿Cómo reacciona Frank cuando le confiesan que la cacería a la que le han invitado tiene como objetivo matar a una jirafa? ¿Conseguirán convencerle con sus argumentos?
‘Wild Frank: Cazadores’ se ha grabado en Sudáfrica, que es uno de los destinos preferidos por los cazadores de todo el mundo para realizar sus safaris de lujo. Principalmente viajan a Sudáfrica cazadores de EEUU y Europa, que pagan grandes sumas de dinero por acceder a todo tipo de comodidades y a los animales más preciados. Porque, para los que controlan el negocio, todos los animales tienen un precio. Sumas que pueden alcanzar los 50.000 dólares por cazar a un león de la sabana africana. Una vez logrado el objetivo del cliente, el organizador de la actividad se encarga de preparar el “botín” a gusto de su verdugo: colocan a los animales de forma estética para las fotos de recuerdo, un taxidermista se ocupa de preparar la cabeza para hacer un trofeo y la piel para hacer alfombras, ropa, complementos, etc. mientras que, en los casos en los que se pueda, se utiliza la carne del animal para cenar tras la cacería. Y es que el negocio no termina después de matar al animal, al contrario, el negocio continúa.
‘Wild Frank: cazadores’ se estrena en DMAX el domingo 5 de noviembre a las 21.30 horas.